¿QUIÉN SOY?
Soy Magdalena Sánchez de Bustamante, creadora de ILLARI. Creo que mi historia personal ayuda a comprender el sentido de esta empresa:
Nací en Jujuy, provincia de Argentina. Mi niñez transcurrió en la zona rural en los valles templados de Jujuy. En esta zona co-existían actividades agropecuarias diversificadas, que portaban diferentes tradiciones culturales: la ganadería tradicional de la que se ocupaban la población criolla que llamamos “gauchos”, y la agricultura, en las que trabajaban importantes grupos de campesinos-indígenas provenientes de la zona altiplánica de la actual Bolivia, y familias que provenían de los viejos procesos coloniales. En ese ambiente tan rico de expresiones culturales diversas transcurrió mi infancia. Aunque enamorada de mi tierra, desde joven, viajé incansablemente absorbiendo para siempre la dinámica imparable de la globalidad. Elijo la antropología como carrera y profesión, la cual me dio las herramientas fundantes de mi formación y visión. Los estudios académicos, me permitieron comprender con mayor profundidad los sentidos de las prácticas y los símbolos que cada sector cultural que habita Jujuy, aporta al conjunto de la sociedad. Elegí trabajar con comunidades campesino-indígenas pertenecientes a la cultura andina que habita las tierras altas de la cordillera de los Andes en la zona del Altiplano o Puna perteneciente a la Argentina. En la actualidad viven en parajes aislados, en una situación de gran pobreza y vulnerabilidad, que los obliga a emigrar en busca de algún sustento para sobrevivir.
Sin embargo, muchos se quedan en sus lugares de origen, y aún poseen una gran riqueza de saberes propios de su cultura milenaria, que lamentablemente se fueron deteriorando lentamente, por la pérdida de mercados, la desvalorización por parte de la sociedad ¨moderna¨, y otras innumerables causas más.
Al tomar contacto con ellos hace muchos años, inmediatamente pude valorar sus productos, y me comprometi a trabajar con los tejedores y tejedoras para lograr posicionar sus tejidos en los mercados internacionales que aprecian este tipo de tejidos: que son concientes de su riqueza cultural, y que buscan productos elaborados con materia prima natural, que no daña el ambiente. Estoy segura que si logro ¨conectar¨ambos sectores, su valioso saber puede ser un medio economico que les permita lograr vivir dignamente, en sus lugares, de acuerdo a sus costumbres.
Esta decisión, me comprometió profundamente, y conforma un enorme desafío de vida. En la región es imprescindible investigar tanto su larga tradición; y hacia el exterior a los mercados internacionales: sus demandas e intereses, etc. En este acuerdo, ya llevamos 20 años trabajando e investigando, y como resultado de esta experiencia he creado Illari: para compartir con el mundo, esta riqueza de tejidos.